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miércoles, 16 de junio de 2010

Capitulo 4, Interumpidas disculpas

Cuántas interrupciones que tenemos Diario, pero es que mi tiempo parece que se evapora cuando empieza el curso.
Por donde… a si, tuve un problema, por que tenia ganas de ir con Diego, pero también con los populares, entiende mi posición, no quiero ser una marginada, de nuevo…
Bueno, pues fue alguien que no me esperaba el que me saco del apuro.


Te pongo en situación Diario. Toco el timbre del recreo, todo el mundo saliendo y la tutora se acerca y dice:

-Diego, enseña parte de las instalaciones a Jane durante el recreo- después levanto el tono de voz para que todos le oyeran- Después del recreo volver y os daré los horarios, os vais a casa después. Hasta después del recreo, chicos.- se alejo y se fue por el pasillo.

-Pobre Jane, mira que tener que aguantar a Diego ahora también, yo que quería conocernos mejor, bueno mañana hablaremos- comenzó ha hablar Victoria, de repente me miro y se le iluminaron los ojos.- estoy segura de que podrás venir después de clase con nosotros. Te esperaremos en la salida. Luego nos vemos guapa.- y se fue también por la puerta, dando por supuesto que yo había quedado ya con ellos. Realmente no me importo mucho, pero me molesto esa actitud de autosuficiencia. Me he dado cuenta de que eso que tanto odio es un rasgo distintivo de Victoria. Pero da igual, te sigo contando, Diego espero a que todos nuestros compañeros se fueran y me llevo a la cafetería del último piso. Si una cafetería, increíble pero cierto, esta en la parte derecha del edificio se sube mediante escaleras o un ascensor, es una terraza con vistas preciosas y que cubren en los días de frió y lluvia.

Durante todo el trayecto Diego estuvo callado y yo que no sabia ni donde me llevaba me quede más muda que un muerto.
Cuando por fin hablo ya estábamos en la cafetería.

-¿Qué quieres para tomar?- me pregunto sin mirarme, se estaba comportando de una forma que me pone de los nervios, esa forma que tiene una persona de comportarse cuando esta enfadado contigo y solo te habla lo imprescindible y siquiera te mira.

-¿Qué tal… un poco de buenos modales?- dije con toda la mala leche que tenia encima.

El se giro sorprendido por mi contestación y me miro a los ojos, tardo un poco en volver a decir algo, como si buscase en mis ojos la respuesta a una pregunta no formulada, cuando por fin hablo parecía que volvía a ser el mismo Diego de la mañana.

-Creo que no tienen de eso en el menú ¿quieres alguna otra cosa?- esta vez el tono de la pregunta fue mucho mas amigable y ya me miraba, yo le sonreí.

-Un Té helado estaría bien.- el me sonrió y se fue hacia la barra de la cafetería y yo me senté en una de las mesas. Observe como pedía, estaba hablando con una camarera, el parecido era más que notable, así que supuse que eran parientes. Pronto Diego vino a la mesa y se sentó delante de mí.

-Creo que te debo una pequeña disculpa…- comenzó a decir, pero yo le interrumpí.

-Yo también lo creo, a no ser que los modales de los buenos caballeros cambiaran ayer, lo normal no es ignorar a la persona que va contigo.- el sonrió ante mi comentario y continuo con sus disculpas.

-Es cierto, soy un tonto, pero es que tengo…-

Te aseguro, Diario, que aquellas disculpas parecían destinadas a ser interrumpidas.

-Vuestros pedidos, ¿Qué Diego no me presentas a tu nueva amiga?- era la camarera con nuestras bebidas, una coca cola para el y mi vaso de té frió para mi.

-¿Cuánto es?- pregunte, me acababa de acordar que no llevaba mas dinero que el del autobús.

-No te preocupes, los alumnos no pagan.- me respondió la camarera. Yo le mire con cara de alivio, tenia el pelo del mismo tono que Diego y los ojos de un color mas apagado.

-Esta es mi hermana, Carmen, es un año mayor,- Diego movió una silla y invito a su hermana a sentarse, ella negó con la cabeza.- esta es mi nueva compañera de clase Jane.- se acerco a mi y me dio dos besos.

-Encantada de conocerte Jane, me tengo que ir a atender la barra, otro rato ya hablaremos. Te veo en casa Diego.- observe como Carmen se iba corriendo hacia la barra y volví a mirar a Diego.

-¿Por donde ibas?- le dije con unas sonrisa. Pero solo le dio tiempo a abrir la boca, esas disculpas parecían no llegar nunca.
-Ahí esta Diego- oí a una voz gritar desde la entrada de la terraza.

Mierda, dijo… teléfono, luego sigo escribiendo Diario.

2 comentarios:

  1. Jajajajaja, entre el diario que siempre se interrumpe y al pobre Diego que le interrumpen en sus disculpas, esto va a ser unmillon y medio de interrupciones XD me va encantando¡¡

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  2. Hola!!! Como me he reido, pobre de ellos, cada vez que quieren hablar/escribir (en el caso de Jane, les interrumpen). Pero siempre ocurre eso, cada vez que todo va perfecto... algo paso.
    Me cae muy bien Diego!!!... xD jajajja, aunque que sospechosa su forma de actuar.
    Hermoso capitulo, no he parado de reir.
    Bueno, ahora si me voy... xDjajja, otra vez tarde, uhh que raro.
    Adiós, cuidate, y exitos.

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