Capitulo 11, Cuando te sientes culpable

No puedo decir Diario que no me lo pase bien en la fiesta, todo el mundo era agradable con Marta y conmigo, algunos estaban un poco borrachos pero bueno, yo no bebí al igual que Marta, bailamos y reímos en el gran salón de la casa de Belinda.

-¿Te lo estas pasando bien?- me pregunto una voz detrás mía, me gire, era Marcos.

-Es una fiesta genial-le dije.

-Me alegra que te lo estés pasando bien, ¿Hasta que hora te dejan estar?-

-Hasta las 3, mi madre va a venir a recogernos, ya le he dicho por móvil la dirección.- el me miro sorprendido.

-¿Tu madre no duerme o que?- me pregunto en tono de broma, realmente mi madre iba a salir de trabajar a esa hora.

-No es que ha quedado con unas amigas y así esta mas contenta si me controla.- es cierto mentí descaradamente, pero no tienen por que saber que mi vida familiar es una mierda, si por lo menos papa estuviera...

-¿Sabes donde esta el baño?- le pregunto Marta a Marcos.

-Es por ese pasillo, la ultima puerta.- dijo el despreocupadamente.

-Te acompaño, ahora volvemos.- cogí del brazo a Marta y nos encaminamos hacia el baño, pronto nos iríamos de la fiesta por que eran las dos y media así que quedaba poco tiempo.
Al pasar cerca de una puerta cerrada oímos unos golpes, las dos nos miramos y pensamos que posiblemente eran una pareja enrollándose, que equívocas estábamos...
Fuimos al baño y pasamos dentro un cuarto de hora... si hablamos mas que otra cosa, cuando salimos volvimos a pasar cerca de la puerta y volvimos a oír golpes pero esta vez también oímos una voz.

-!Que alguien me abra la puerta¡- pedía la voz, antes de que me diera cuenta de que estaba haciendo abrí la puerta que tenia un pestillo por fuera...
En cuanto abri Diego salio de la minúscula habitación y comenzo a respirar a grandes bocanadas.

-¿Que hacías ahí dentro?- le pregunte asustada por la palidez de su rostro.

-Marcos y Jon me enceraron nada mas empezar la fiesta dentro, tengo algo de claustrofobia ¿Sabes?- me quede helada Diario.

Aquello era horrible, llevábamos unas cinco horas de fiesta, cinco horas encerado en esa minúscula habitación, solo de pensarlo me pongo mala. Y me pongo aun peor si pienso que ha sido por mi culpa...
Le sacamos de la fiesta y esperamos a mi madre fuera de la casa, no me sentía con fuerzas de mirar a la cara a Marcos...

Mi madre llego a las cuatro menos cuarto, se había olvidado de la hora trabajando, que típico de ella, nunca cambiara...
Llevamos a Diego a su casa, en el centro.

-¿Ya estas mejor?- le pregunte cuando se bajo del coche.

-Si, ya nos veremos en el colegio.- me sonrió y guiño un ojo, se alejo caminando y mi madre nos llevo a casa, durante el camino nadie hablo.
No estábamos de humor, cuando ya estábamos en casa Marta y yo nos metimos a la cama, yo intente escribir... pero no tenia ganas.
Tengo que hacer cosas, si me pasa algo mas ya escribiré.